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Desde el 2017, un menor de 16 años, en El Espinal, Tolima, aseguró que había sido víctima del delito de acoso sexual violento agravado, por parte del sacerdote Lizardo Monroy, quien ejercía sus labores de sacerdocio en la parroquia del barrio Betania.
Por esa razón, el hecho estaba siendo investigado por las autoridades locales desde el 5 de febrero de 2019, este caso llegó hasta Fiscalía General de la Nación en el municipio tolimense.
Sin embargo, la historia tuvo un giro inesperado, pues el pasado 16 de febrero del presente año, el juez penal del circuito, absolvió el delito del sacerdote, ya que la supuesta víctima no se presentó a testificar.
No obstante, el joven espinaluno envió una carta firmada ante notario, en la que especificó una nueva versión de los hechos, en donde se indicaba que realizó la acusación en medio de un ataque de ira, pues el eclesiástico habría prometido un dinero por acompañarle en un viaje Icononzo y este no le pagó.
Primera versión
En la primera versión de los hechos, sucedidos en 2017, se indicó que el sacerdote Lizardo Monroy, citó al joven de 16 años en la Parroquia San Martín de Porras, donde ejercía su sacerdocio.
El motivo de su cita era un viaje al que se le habría invitado hacia el municipio de Icononzo. En la misma versión del menor de edad, el párroco le proporcionó vestimenta para cambiarse.
Posteriormente, tras haber realizado el viaje a la ciudad de Icononzo, todo seguía en condiciones normales. Sin embargo, en el retorno, el joven afirmó que el cura empezó a acariciarle su oreja y le comentó que ‘era su preferido’.
Durante el mismo viaje, supuestamente, recostó su cabeza sobre su hombro y tocó sus genitales sobre la ropa. Finalmente, ya en la casa cural, en presunto estado de embriaguez, el cura ingresó a la habitación donde se estaba cambiando el menor para acariciarle el pecho y los genitales.
Descargos
Las últimas investigaciones determinan que el caso puede ser cerrado, pues con la absolución de los cargos a Monroy, no hay motivos para ser juzgado.
Por su parte, el abogado defensor del sacerdote, indicó que “estamos satisfechos porque, de alguna u otra manera, el juez con este veredicto hizo justicia. Aquí el llamado es a que la ira y la rabia, no nos lleve a realizar acusaciones falsas, dañando la vida de personas que nunca han cometido ni un delito”.
Por su parte, la comunidad católica de El Espinal espera un castigo para el joven, que por mentiras dejó en mala posición a la iglesia.
Redacción Extra Girardot